Anne Rice. Más allá de los vampiros.

Mis héroes son Charles Dickens, Shakespeare, cualquiera que escriba para todo el mundo. Y mi trabajo es así. Yo nunca quise que fuera intelectual, o sólo entretenimiento, o solo cristiano...

Es inevitable tener la sensación de que Anne Rice está pagando un precio por una decisión que tomó hace años: anunciar públicamente que enterraba sus aclamadas Crónicas Vampíricas y se dedicaba a escribir "por Dios y para Dios".

Los tres libros que ha escrito desde entonces-el último de los cuales, La hora del ángel, publicada ahora en España por Ediciones B-han acabado en Estados Unidos en las secciones que las librerías dedican a ficción cristiana. La etiqueta puede conllevar éxitos de ventas, como bien saber la poderosa industria cristiana de entretenimiento, pero también puede representar una especie de condena a un purgatorio literario. Y Rice admite un error. -"No sé exactamente qué otra cosa podría haber hecho, pero, sí me equivoqué. Definitivamente fue un error y, aunque he aprendido mucho, fui muy lenta en entenderlo".

Luchar contra las etiquetas

No es que Rice esté desacostumbrada a luchar contra las etiquetas. -"En cierta forma", afirma, toda su vida "es una pelea por superarlas"

"Con los vampiros-continúa-ya pasó: la gente pensó que mis crónicas eran basura solamente porque trataban sobre vampiros, pero cuando las leyeron se sorprendieron, Les importaban los personajes y sus historias".

Ahora esta convencida de que "sucede los mismo". Le ocurrió cuando publicó El mesías, El niño judío y El mesías. Camino a Caná, dos libros donde puso su voz en primera personas en la piel de un Jesucristo niño y joven y con cuya escritura, asegura, alcanzó "el éxtasis", superando "el reto más emocionante" de su vida como escritora. "Muchos lectores me escribieron sorprendidos porque no esperaban encontrar novelas", cuenta.

Ya no podía escribir más sobre vampiros, no podía. Amo a esos personajes, pero, ¿qué más va hacer Lestat?¿Presentarse a presidente? Suficiente. Se acabó.

La fiebre vampírica

Tiene algunas idea sobre por qué ha resurgido ahora la cultura vampírica, aunque sea en una versión "más light" que cuando ella empezó a retratarla, en 1976. Identifica, por ejemplo, "una añoranza de la elegancia, la belleza y el glamour que han desaparecido de la vida moderna". Recuerda que a las firmas de sus libros acudían jóvenes vestidos con trajes de terciopelo, con joyas hechas a mano...

Aunque su pluma no vaya a volver a sus más oscuras criaturas, quizá éstas sí regresen al cine, donde ya estuvieron. Rice está en negociaciones con Hollywood (aunque esas conversaciones no están tan avanzadas como la de sus libros posvampírescos). Y promete, que de llegar a buen puerto, ofrecerán al público algo distinto de lo que se le da hoy. "Yo volvería la más alta elegancia, el ambiente del viejo mundo, más pensamiento, más refinamiento...Mis vampiros no derramarán una gota de sangre. Lestat y Louis estarían horrorizados de ver vampiros llenos de sangre como los de True Blood".

Fuente: Dominical 5/09/2010 nº 416  el Periódico.

Texto: Idoya Noain